Sánchez es difícil. Por lo menos así
lo afirma unos de los pocos libreros que
sabe de libros en Buenos Aires. Muy
difícil, insiste. Ofrece entonces, ante su sentencia, libros para acercarse
a la obra de Néstor Sánchez. Primero el que ha publicado el hijo de Sánchez,
Claudio, Ojo de Rapiña. Una serie de textos inéditos sobre la
experiencia de la escritura. Y después se le ilumina la cara: Sobre
Sánchez es extraordinario. Un
libro hermoso. Yo lo conozco a Baigorria. Es una maravilla lo que hizo.
Es tan buen librero que
él mismo da las claves de una lectura posible. Comenta que el libro tiene una
serie de notas al pie y recomienda con firmeza leerlas, no al final sino en continuidad
con la lectura vertebral. También Baigorria da las mismas claves al inicio de
su libro. Dos recomendaciones similares no pueden evitarse. Iniciar la lectura
simultánea que se plantea es una verdadera desautomatización de nuestras
lecturas corrientes. Se puede elegir, claro. Se puede también leer de corrido
las primeras setenta y seis páginas y luego las siguientes ( que constituyen las
notas al pie) hasta la ciento sesenta y cuatro. Automáticos como leemos todo. O
se puede escuchar a escritor y librero e ir de adelante para atrás y así
sucesivamente probando la resistencia del lomo para mantener unidas las
páginas. Un lomo que quedará con rayitas finitas, casi tajeado.
Podrá ponerse en duda
lo de difícil, pero no por cierto la
incomodidad que causa Sánchez con sus libros
y con su vida. Seis novelas inclasificables, la mitad de la vida como vagabundo
o clochard ( por mi barrio es casi lo mismo) siguiendo las enseñanzas del
Trabajo de Gurdjieff, místico que planteaba la desautomatización de nuestro inconsciente
para acceder a otros estados (nada es casual) y luego el regreso al país,
enfermo, para terminar sus días en Villa Pueyrredón. No quiso ser del boom
latinoamericano, no quiso los honores, cuando no tuvo más para escribir no
escribió más. Una literatura de experiencias, decía, y eso mismo es lo que hace
Baigorria: una biografía imposible, un libro de experiencias. Arrimarse a la
vida de Sánchez desde el prisma de la propia. Una herramienta real para una
existencia que no se deja ver fácilmente y una literatura cocinada al fuego de
la improvisación jazzística y la profundidad mística. Baigorria no opone,
comparte con Sánchez. Su investigación lo inclina a su propia vida como
instrumento y objeto a la vez. Cuando en
la vida de Sánchez aparece la filosofía de Gurdjieff, Baigorria mira ese suceso
a través de su propio encuentro con la obra del filósofo. Trabajaba como
sembrador de árboles cerca de Alaska y un fanático de Gurdjieff llegó hasta
quemarse los pies para convencerlo. Cuando Sánchez, fantasea con un triángulo
amoroso (en la vida y en la literatura) Baigorria expone sus experiencias de
amor libre y pareja abierta. Se une a Sánchez con su propia historia, igual que
aquel que en un bar ante la anécdota del otro, comparte la suya en el gesto
amistoso de identificarse o emparentarse. Ese es el gesto literario y crítico
del libro: emparentarse. Biógrafo y biografiado parientes de experiencias.
Si a Néstor Sánchez hay
que leerlo, no te lo pueden explicar, así también hay que vivirlo con la propia
vida para escribir sobre él. Sánchez es experiencia. Eso demuestra Baigorria. Y
así quiso ponerle primero al libro: The Néstor
Sánchez experience. Luego intentaría con La condición de la experiencia
para, al fin, identificarse en este juego infinito y humano con el libro de Sergio
Chejfec Sobre Gianuzzi.
Néstor Sánchez y
Osvaldo Baigorria compartieron Estados Unidos, el mismo país por unos años. Sin
saberse. Sin la menor idea uno del otro. Los dos intentando, buscando la vida. Podrían
haberse encontrado. Lo hicieron en este libro. La literatura experimentó el
encuentro: el libro de Baigorria sobre Sánchez.
Gabriela Borrelli Azara
Quiero conocer a ese escritor Gabriela, y al otro, al que escribió el libro que elegiste.
ResponderEliminarMe atrapa la historia, pero me atrapa más aun, la manera de contarlo de
ResponderEliminarGabriela. Impecable el inicio de la crónica.
Me hizo interesar y googlear al poeta Sánchez a quien no conocía. Alguien en quien profundizar. Me pareció una crónica estupenda; equilibrada y apasionada al mismo tiempo. Susy Estevez
ResponderEliminarMuy bueno Gabriela! Yo escribí la otra crónica de Sánchez que todavía no se debe haber publicado porque la mandé hoy mismo, pero la tuya es mucho mejor! No quería leerla antes para no condicionarme y la verdad...me hubiera condicionado!
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